Entrevista al poeta e historiador dominicano Juan Colón

 

Entrevista al poeta e historiador dominicano Juan Colón

Juan Colón Castillo, nació en Baoba del Piñal, República Dominicana, el 2 de Agosto del año 1962. Estudió Educación y Ciencias Sociales, en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, UASD. 

Es autor de los libros de texto oficiales: Geografía Mundial, Historia de las Civilizaciones, Geografía e Historia de América y de los pueblos del Caribe. Escribió 39 unidades didácticas en el área de Ciencias Sociales para CENAPEC. Es presidente de Editora Educando.
Fue reconocido en la Feria del Libro del 2009 por sus aportes a la educación de la República Dominicana, y por el Consulado General de la República Dominicana en Madrid y nombrado escritor más destacado de su provincia María Trinidad Sanchez.
Ha publicado los poemarios: No Puedo Callarme y Raíces de mi alma. Y el libro de cuentos: Giocondo Mío.
Recibió el Premio “Dominicano de Oro”, Gral. Gregorio Luperón en reconocimiento a su trabajo literario y educativo.

Miguel Esteban Torreblanca.-- ¿Podría usted contarnos un poco de su vida y actividad literaria?

Juan Colon .---Nací en Baoba del Piñal, un campo con patio de mar de la República dominicana, a los trece años escribí mi primera obra de teatro, dirigí un grupo teatral y de poesía coreada, (cuando aún la poesía se declamaba) de nombre Pandectas. Estudié pedagogía mención ciencias sociales en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Autor de los libros de poesía No Puedo Callarme, Raíces de Mi Alma, Giocondo Mío, este último de relatos, y más de cinco libros de poesías y relatos inéditos escrito en los últimos veinte y cinco años.

Autor de múltiples libros de textos de historia y geografía, algunos de los cuales son textos de uso oficial en las escuelas de la República Dominicana.

P.-- ¿Cuáles fueron sus primeras lecturas poéticas y qué autores le influyeron

R.--Mi libro de cabecera fue el Quijote obra que lo leí y releí en tres etapas de mi vida, de niño, entonces el Quijote era un loco divertido, en mi adolescencia disfruté el uso de los refranes y ya en la adultez entendí que la Humanidad necesita de Quijotes, de esos que llamamos locos solo por verlos hacer acciones heroicas. En esta época de pos modernidad, de grandes egoísmos y poco interés en el bien común, necesitamos de esos seres que nos hagan creer que es posible la esperanza, porque la realidad sin utopías, es un anatema. Neruda me marcó, Octavio Paz, me ayudó a pensar, Juan Bosch el cuentista, historiador, y novelista dominicano me sedujo, también Cesar Vallejo, por supuesto los Machado, Unamuno, Juan Ramón Jiménez y los imprescindibles, La Generación del 27, especialmente Lorca, Rafael Alberti y Vicente Aleixandre.

P.-- ¿Cómo definiría a su poesía?

R.--Si la defino ya deja de ser poesía. Torrente de blanda luz, metal fundido en la ternura, pájaros donde la transparencia pone su nido.

P.-- ¿Cree que el poeta “evoluciona” en su escritura? ¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a lo largo de los años?

R.--Sin dudas el arte de escribir es el arte de leer, leer en el más amplio sentido, leer rostros, viajes, encuentros, libros, culturas, experiencias. Mis primeros libros fueron los del adolescente, es decir no solo el que tenía poca edad, sino también que adolecía del dominio de los fundamentos y técnicas del arte, claro que siempre he procurado conocer las diversas técnicas para no usarla. La técnica mata toda creación, más sin ella no se crea obra de arte y no obstante sostengo que la obra de arte, el poema, está allí donde no lo buscamos, la poesía sorprende al autor, lo atrapa y está más allá de su propia posibilidad consciente.

P.-- ¿Cómo siente que un poema está terminado y cómo lo corrige?

R.--Cuando siento que cada verso tiene la única palabra o combinación de palabras, que era posible en esa estructura, corrijo hasta que encuentro esa palabra única, esencial que suma y da cuerpo a la obra. El objeto más próximo que debe tener un escritor, sobre todo el poeta es un zafacón, para mandar a la basura esos intentos que no tocan esas fibras que han de conducir al poema, que no emocionan. Pulir el verso es mi desvelo, pero hay riachuelos que no llegan a ningún mar.

P.--¿Cuál es el fin que le gustaría lograr con su poética?

R.--El fin último de toda obra de arte es el logro de la belleza, a través de ella el mundo se humaniza, se emociona, no imagino la realidad humana sin esa sensibilidad que da el arte. Después de la Novena Sinfonía de Ludwig Van Beethoven el mundo tiene que ser mejor, no sospecho el desarrollo y armonía de este idioma hecho para hablar con Dios, sin El Quijote de la Mancha. No entendería mi misión en la tierra sin la poesía.

P.-- ¿Qué lugar ocupa, para un poeta como usted, las lecturas en vivo?

R.--En cada obra de arte hay dos entes creadores el autor propiamente dicho y el lector o receptor, la respuesta que un auditorio pequeño o grande te da confirma, ennoblece o rechaza la producción.

P.-- ¿Qué opina de las nuevas formas de difusión de la palabra, ya sea en páginas de Internet, foros

literarios cibernéticos, revistas virtuales, blogs etc.?

R.--El desarrollo de la ciencia y con ella la tecnología son hechos revolucionarios, imparables e ineluctables, tienen como el Dios Juno de la mitología dos caras, de los múltiples beneficios está la democratización de la información, antes del internet, solo una élite controlaba y manejaba a su antojo el poder de la información y de los medios de comunicación, la llamada Primavera Árabe ocurrida en el mundo árabe en el lapsus de 2010 a 2013, fueron manifestaciones exigiendo libertad y democracia con un uso protagónico de las redes sociales que dieron al traste con el derrocamiento de gobiernos considerados dictadores. En mi caso particular tengo una página literaria que llegó a alcanzar en un escrito los 98 mil lectores y ya sabemos que en el libro físico a menos que no se trate de un best seller, cuan limitado es. En lo relativo a lo negativo la peor parte la lleva el idioma Cervantino, pues el uso incorrecto de este da la impresión que en cualquier momento caerá grave, y no sabemos si hay otro Cervantes para revivirlo.

P.--¿Podría recomendarnos un poema de otro autor que le haya gustado mucho?

R.--Explico Algunas Cosas, de Pablo Neruda. Poema escrito en el contexto de la Guerra Civil Española.

P.-- ¿Qué libro está leyendo en la actualidad?

R.--No sé cómo leen los demás poetas, pero siempre estoy leyendo varios libros de poesía a la vez, releo una antología de los cuentos de Julio Cortázar y la novela La Pasión Turca, de Antonio Gala.

P.-- ¿Qué consejos le daría a un joven escritor/escritora que se inicia en este camino de la poesía?

R.--Hay tres cosas que debe hacer una persona que aspira a escribir, la primera leer, la segunda leer y la tercera seguir leyendo. Después saber seleccionar los buenos autores, los autores clásicos de todos los tiempos, sin soslayar los buenos noveles. Pero es fundamental que identifique su grado de pasión de amor por el oficio, si siente que pocas actividades humanas le llaman la atención, si considera que sus mejores momentos son aquellos en los que escribe, aun le faltaría conocer la anécdota del escultor que, viendo su obra a la intemperie, y sabiendo que la nieve se la destruiría, se quitó su propio abrigo para protegerla y al día siguiente había dos cuerpos cubierto de nieve, O el caso de Pigmalión que el amor por su propia creación la creyó tan perfecta que se enamoró de ella.

P.-- ¿Cómo ve usted actualmente la industria editorial?

R.--La industria tradicional del libro sin dudas está en crisis, pero cuando nos asomamos a lo que está sucediendo a través de Amazon, entonces creo aún hay espacio para el optimismo.

P.-- ¿Cuál es la pregunta que le gustaría que le hubiera hecho y no se la he hecho?

R.--Cómo los viajes enriquecen la poesía.

P.--¿Cree que con el tiempo el poeta “evoluciona” en su escritura?

R.--Sin dudas el buen poeta no es solo el que mata a su maestro sino a sí mismo, para alcanzar la madurez es sine qua non eso que llamamos tiempo, de eso estamos hecho, nadie ha logrado un premio Nobel, un Cervantes O Príncipe de Asturias a los treinta años.